Noticia Estrella de Arica.-
Una gran noticia para la estética de la ciudad podría ser la aprobación por parte de la comisión de Vivienda del Senado del proyecto de ley que obligaría a las empresas eléctricas a enterrar los cables eléctricos en ciudades de más de 50 mil habitantes dentro de un plazo de dos años.
La iniciativa, que pasó a la sala del Senado para su cuenta y votación, sostendría además que las obras serán costeadas por las mismas compañías. Y con multas para las que no cumplan.
Alto costo
Pero el tema, aplaudido y deseado por muchos, no es visto con muy buenos ojos por los privados.
El secretario ejecutivo de Empresas Eléctricas, Rodrigo Castillo, planteó en su momento que la medida tendría altos costos, pues soterrar los cables tiene una diferencia de entre 8 a 10 veces la de un tendido eléctrico. Según sus cálculos , el proyecto completo tendría un costo de 30 mil millones de dólares, lo que lo haría inviable.
En Arica, la empresa Emelari declinó referirse al tema, aunque se señaló que adherían a lo expresado por Castillo y que existían proyectos relacionado con cumplir la ordenanza municipal del año 2002, que ordena el soterramiento de cables en construcciones nuevas en algunos sectores del casco antiguo, vías turísticas como algunos tramos de la avenida Comandante San Martín y Las Dunas, la península del Alacrán, entre otras.
Ver para creer
"Me parece estupendo, no hay como una ciudad sin cables a la vista, ¡imagínate las cinco esquinas de 18 de Septiembre sin cables!", opinó sobre el proyecto la arquitecta Cecilia Vásquez, agregando, sin embargo, que es caro "porque además hay que pensar en repavimentar después de soterrar. Tiene que definirse quien paga y creo que un plazo de dos años es muy poco".
El también arquitecto y consejero regional Juan Arcaya, quien integra el grupo de Facebook "Arica sin cables", celebró la iniciativa y dijo que grupos como ese buscaban precisamente que mediante un proyecto de ley "se obligara a soterrar los horribles e inseguros cables eléctricos que cuelgan por las calles céntricas de las ciudades".
"Seguro habrá mucho lobby para que no se apruebe, pero al parecer el que la comisión lo haya aprobado es una paso muy avanzado", dijo.
Con respecto al alto costo de las obras, añadió que "esa ha sido la permanente amenaza de las compañías, pero además es un tema en que ellos no han querido ejecutar y tampoco dejan que nadie más lo haga, porque muchos proyectos financiados con recursos fiscales no se han podido ejecutar por la sobrevalorización que le aplican".
"Me parece bien, siempre y cuando se tomen las precauciones y no se dañe el medio ambiente y la comunidad esté informada, cosa que no comience a desenterrar los cables. Y que se tenga cuidado cuando pavimenten", opinó por su parte Patricio Núñez, vecino del centro ariqueño, al igual que Andrea Martínez, joven estudiante de antropología, quien estima que las empresas deberían costear el retiro "de todos esos cables feos que además son un peligro".